Dicen por
allí que quien siembra recoge.
El término
sembrar está referido a la conexión del hombre con la naturaleza, también al
aporte para una mejor calidad de vida, que contribuya con un desarrollo
sustentable donde reine el equilibrio de los elementos del medio. En esta
actividad la preservación del ecosistema juega un papel fundamental,
pues se
retribuye el oxígeno que consumimos del ambiente. La siembra se puede practicar
en cualquier espacio apto para ello.
Hagámoslo
desde nuestros hogares, nuestras escuelas, dándole más valor a las áreas
desprovistas de plantas, contribuyendo de esta manera al embellecimiento del
paisaje, donde nuestros hijos sea los protagonistas. En mi experiencia como
docente he visto que los niños trabajan con una energía muy positiva y que
valoran el trabajo de una manera increíble. Es muy sencillo hacerlo: seleccione
un terreno fértil, prepárelo de manera que quede en condiciones óptimas,
proceda con la siembra y posteriormente tome los cuidados necesarios para
conservarla.
Así que
padres, maestros, familia, trabajemos en equipo por nuestra naturaleza: tomemos
un día para poner nuestras manos a la siembra, pasemos un día diferente y
agradable, que nos proporcione bienestar al compartir y favorecer al planeta.